lunes, abril 12

Besitos y más besitos

Sofía es una ternura total, me encanta escucharla reír a carcajadas porqué le tira las medias al osito de peluche y eso le parece graciosísimo, jugar a las escondidas es maravilloso porqué cuando me descubre, uno ve esa expresión de alegría en su rostro que combinada con el brillo de sus ojos hacen que mi corazón lata a mil por hora de la emoción… ¿qué mamá no se emociona con eso? Hace una semana comenzó a dar besitos (antes solo los recibía), su estilo novato en estos menesteres hace que sus besitos sean variados, unas veces de boca abierta y un mar de babitas, otras de boca y ojitos cerrados, en fin, son muchos besitos que estamos disfrutando alegremente.

Desde que Sofía nació he ido acompañando su crecimiento día a día, minuto a minuto… y me he dado cuenta que yo he ido creciendo con ella. He tratado de vivir a plenitud este momento de mi vida, quizás porque desde hace muchos años comencé a prepararme un poco. La verdad mi niñez no fue muy normal, por circunstancias de la vida crecí al lado de mi abuela a la cual le agradezco lo bueno y lo malo… y son esas cosas que llamo de malas las que hace años atrás me llevaron a buscar apoyo de un profesional para ayudarme a concientizar más sobre mí misma, sobre mí pasado y el presente que me rodeaba… en esa época me sentía algo así como Alicia en el País de las Maravillas cuando la Oruga le pregunta:

¿Quién eres tú? Y la Alicia responde: "Yo... Yo... no sé muy bien, señor, ahora... Por lo menos sé quién era cuando me levanté esta mañana, pero me parece que he debido cambiar varias veces desde entonces...

Ahora me siento muy agradecida con todo lo que aprendí y por todas las cosas que superé en esa época, gracias a eso siento que mi presente es más liviano… Siempre quise ser mamá, pero no quería repetir aprendizajes errados que tenía desde mi nacimiento, no busco ser una mamá perfecta, quiero simplemente ser una mamá sincera y coherente con mi hija… y disfrutar plenamente de toda su ternura sin miedo a expresarle mi cariño inmenso…

Hoy me siento plácida, como dice el lindo poema “Canción de la vida profunda” de Porfirio Barba Jacob:

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos...
(¡Niñez en el crepúsculo! ¡Laguna de zafir!)
Que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
¡Y hasta las propias penas!, nos hacen sonreír...

Abrazos y ¡continuemos juntos!

Diana R.