miércoles, diciembre 1

¿Y qué paso con este blog?

Pues bien querida Compañía, han pasado muchas cosas desde mi último post del pasado 28 de julio… digamos que estas ausencias les pueden dar ideas de mis ánimos y desánimos durante todo este tiempo. Durante este tiempo experimente como es ser mamá, esposa, mujer, y querer ser empresaria, y créanme, es difícil y si antes admiraba a las mujeres que hacen mil cosas y tienen más de un hijo, y les queda tiempo para ir al gimnasio, ahora con mayor razón.

Bien, pero y en qué va mi linda Sofía, les cuento que ya casi tiene 19 meses, ahora es fastidiosita para la comida, claro, como ya se las viene dando de independiente, si antes le gustaba una cosa, pues ahora no, y puede ser que mañana si le guste, en fin, cosas de bebés (¿o será de mujeres?, ¡qué risa!)… y ni modo de obligarla, la verdad, no somos partidarios de eso, pensamos que si le damos un buen ejemplo de alimentación, pues ella de alguna manera va aprendiendo… Ahora el dominio de la cuchara es fantástico, a los pocos le hemos ido enseñando a comer con el tenedor, les confieso que el tener la oportunidad de vivir todo este proceso de aprendizaje con mi hija, me llena de fascinación, darme cuenta de la importancia que tiene valorar, por ejemplo, el aprender a comer por sí mismo, ver como para ella es todo un logro conseguir que el arroz o la sopa no se derramen y que logre llegar con ellos a la boca… ¡por Dios! Pueden ser cosas tan insignificantes pero me llenan de orgullo no solo como madre, en general, como ser humano, porque los seres humanos tenemos todas las oportunidades para superarnos día a día y esas pequeñas cosas me hacen ver eso y mucho más.

Otra novedad… la semana pasada matriculamos a Sofía en unas vacaciones recreativas, organizadas por el que será su jardín escolar a partir del próximo mes de enero… pues bien, mi esposo y yo la preparamos días antes, le contábamos que la íbamos a llevar a la guardería y que conocería nuevos amigos, para jugar y divertirse, en fin, bla, bla, bla… a la final todo eso no solo era para ella escucharlo, era para mí también, porque claro, yo me sentía nerviosa de saber que siempre había estado con mi bebé y que ahora durante media jornada, estaría bajo el cuidado de otras personas que yo no conocía… y pensaba de todo, si un niño la muerde y ella lo muerde, y si le pasa alguna cosa, en fin, muchas cosas… Pero bueno, en su primer día me sentí muy nerviosa, mi esposo y yo la llevamos y ella estaba súper emocionada, la profesora la recibió y ella intento llorar, pero inmediatamente la distrajo con un juego, nosotros aprovechamos y nos fuimos sin mucho alboroto… Cuando iba caminando hacia mi casa pensaba que debía llorar o ponerme triste, me sentía como en estado de congelamiento… 

Los invito para continuar acompañándome en mi blog, por eso… les dejo el final de la historia para mi próximo post.

Abrazos mi querida Compañía y gracias por querer continuar conmigo.

Diana R.